jueves, 6 de diciembre de 2007

Diálogos Karónticos

Y… me devuelve a la cálida realidad del espacio y del tiempo.

Serpiente.- ¡Jo! ¡Esto es un auténtico matadero!
Escorpión.- Exageras. Yo no creo que sea para tanto.
Serpiente.- Pues tú dirás. Lo más probable es que acabe en empate. Todos muertos.
Escorpión.- Las cosas siempre acaban en empate.
Serpiente.- Me refiero a todos muertos antes de tiempo.
Escorpión.- Te había entendido. Pero aún así la vida no es más que escuchar tu propio dolor, y finalmente, tu último estertor de despedida. Con suerte las hay poéticas, cinematográficas, novelísticas, históricas, histriónicas, etcéteras…
Serpiente.- Eres un esteta…

*¡Claro!, es aquí cuando Henry empieza a decir que soy un moñas….

Serpiente.- ¡Jo! ¡Esto es un auténtico matadero!
Escorpión.- Exageras. En realidad lo hacen por placer…
Serpiente.- ¿Tú crees? ¿Se puede sentir placer causando dolor a los demás?
Escorpión.- ¿Tú no envenenas por placer? Cuando hiendes tus pútridos colmillos en la tibia carne de tus presas y te retuerces sobre ellos antes de engullirlos, ¿No sientes placer?
Serpiente.- Chico no sé. Me planteas un dilema. En general no. Como por necesidad, y mis digestiones suelen ser demasiado pesadas como para plantearme disfrutar de la comida. ¿A caso tú sí?
Escorpión.- Bueno, mayormente yo comienzo a digerir mis alimentos antes de pensar muy bien lo que tengo delante. De hecho no soy nocturno por gusto. Odio ver el aspecto de mi comida.
Serpiente.- Eres un esteta…

* Aquí es cuando Albert dice que fallo en la colocación de los párrafos…

Serpiente.- ¡Jo! ¡Esto es un auténtico matadero!
Escorpión.- Exageras.
Serpiente.- Fíjate. Aquellos dos están sacando los ojos a un recién nacido.
Escorpión.- Bueno, puede que no exageres tanto. Pero ahí llega la madre y venga…
Serpiente.- A buenas horas mangas verdes. ¡Qué bruta! Les ha arrancado la cabeza de los hombros.
Escorpión.- Es sorprendente lo que puede hacer el amor de una madre. ¿Cómo decía la canción?
Serpiente.- “Te di todo el amor que pude darte (…) este no es un amor ordinario”
Escorpión.- Exacto. Es una gran canción. Me pregunto si pensarán en algo mientras hacen este tipo de barbaridades.
Serpiente.- Deja de preguntarte. No.
Escorpión.- Pues es lamentable. La miseria debería ser digna.
Serpiente.- Eres un esteta…

* Aquí es cuando Nacho dice que le molesta que no corrija…

Serpiente.- ¡Jo! ¡Esto es un auténtico matadero!
Escorpión.- Exageras.
Serpiente.- Pues yo no puedo dejar de sentir grima cuando veo este tipo de situaciones…
Escorpión.- Eres demasiado sensible. Vosotros los ofidios, junto con los anfibios sois perfectos medidores del estado de ánimo del planeta. Sois una especie termómetro, sin mercurio.
Serpiente.- Ya, mira, me pone mal cuerpo sólo mirar.
Escorpión.- Bueno, es triste, pero a lo que íbamos…
Serpiente.- ¿Por dónde íbamos?
Escorpión.- Tú acababas de morderme en una pinza, y yo te había clavado mi aguijón en un ojo… es más que posible que fallezcamos en perfecta sintonía…pasto de los carroñeros… y del sol…
Serpiente.- Eres un esteta…

*Aquí es cuando Julio cumple dos años… y…

Sobre Fifaras.

Es fácil no acordarse de algunos detalles.

Yo me olvido de un montón de cosas al cabo del día, y luego, en un esfuerzo sin parangón, hago recuento de todas las cosas importantes que han desaparecido de mi memoria sin el más mínimo atisbo de esperanza en que regresen

A veces me da rabia, porque sé que eran cosas importantes, pero, qué le vamos a hacer.

Bueno, el caso es que sé que una vez me inventé un cuento precioso, que iba sobre dragones y un caballero un poco cobarde que viajaba sentado en un caballo muy grande. No recuerdo mucho más de la historia, sé que era una historia sobre la amistad y el valor que se nos supone, pero no recuerdo más.

Se la contaba a mi hijo cada noche antes de acostarlo en la cama, y él se reía mucho con una parte en la que el dragón le mordía un pie al caballero, porque no quería quemarlo, pero como el caballero era tan cobarde, se intentaba escapar haciendo que el dragón le mordiera más fuerte, y causándole más miedo, así caballero y dragón, unidos por la boca y el tobillo corrían el uno a la pata coja, y el otro, arrastrando el hocico por las piedras del camino.

En medio de la carrera, se tropezó ante ellos una enorme Firafa, que es un animal con el cuello muy largo, y las orejas en forma de cuernos, y los cuernos en forma de orejas, pero no se deben de confundir nunca con las jirafas de la sabana africana, que tienen las orejas en forma de oreja, y los cuernos en forma de cuerno, aunque son ligeramente más achatadas. Se tropezaron con la enorme Firafa presidenta del bosque de álamos, y mientras sacaba una enorme lengua de su boca, les gritó en voz muy muy alta...

- ¡Estaaaaaros quietos!

El caballero cobarde y el dragón, se quedaron quietos, mirando hacia arriba, viendo que la Firafa, les había visto pelear.

- ¿Es que no veis que es la hora de comer?

El caballero cobarde, se puso despacio de pie, mientras el dragón le soltaba el tobillo, y miraba hacia arriba como cuando uno se ha portado mal, y espera que su madre no le pegue un cachete por ello.

- Bueno – dijo la Firafa estirando mucho el cuello – Ya sabéis que en mi bosque de álamos el que pelea, los árboles riega y rodea, así que ahí tenéis las regaderas, una para cada uno, y ahí tenéis el pozo de las risas de otros años. Sacad calderos de agua, y regad y rodead todos los árboles hasta que volváis al principio.

- Pe...pe...pe... pero – dijeron a la vez el caballero cobarde y el dragón.

Pero la Firafa ya les había puesto delante las regaderas, y todo el mundo sabe, que a las Firafas es mejor no desobedecerlas, porque se saben muchos trucos de magia, que te hacen reír tanto que te duele la barriga durante más de un año.

El caballero cobarde regó y rodeó los árboles durante casi un mes, hasta que hubo regado y rodeado todos los árboles del bosque. El dragón tardó un poco menos, porque es más grande, pero la firafa le hizo ayudar al caballero cobarde para que se hicieran amigos.

- Menudo mordisco te di en el tobillo ¿eh? – le dijo el dragón al caballero cobarde.

- Pues sí, todavía me duele un poco, pero como la bota era de hoja de lata, lo peor no ha sido el mordisco, ha sido tener que sacar la bota y arreglarla. La verdad es que me hiciste un poco de daño.

- Vaya, lo siento- dijo el dragón- pero es que venías con cara de pocos amigos.

- jajajaja, sí, es cierto...

Y los dos se rieron mucho tiempo.

NO me acuerdo de mucho, más. Prometo, que según me vaya acordando, os lo iré contando,.

!AH¡ una cosa más, antes de que mi memoria vuelva a fallar.

Esto es por los cuatro años de Julio.

-Lo lamento doctor, el Prozak debe de estar caducado, me sigo sintiendo dividido...